Origen y significado del concepto de resiliencia

Boris Cyrulnik, neurólogo, psiquiatra, psicoanalista y etólogo francés, divulgó este concepto que extrajo de los escritos de John Bowlby, autor que describió la conocida teoría del apego en edades tempranas.

Tenemos que remontarnos a la obra de John Bowlby para encontrar las primeras referencias al término de resiliencia, que se definiría como la capacidad de los seres humanos para superar períodos de dolor emocional y situaciones adversas, saliendo fortalecido de ellas.

Múltiples autores han hablado sobre este término, cada uno con un enfoque:

  • Concepto genérico que se refiere a una amplia gama de factores de riesgo y su relación con los resultados de la competencia. Puede ser producto de una conjunción entre los factores ambientales y el temperamento, y un tipo de habilidad cognitiva que tienen algunos niños aun cuando sean muy pequeños. (Osborn 1996).
  • La resiliencia distingue dos componentes: la resistencia frente a la destrucción, es decir, la capacidad de proteger la propia integridad, bajo presión y, por otra parte, más allá de la resistencia, la capacidad de forjar un comportamiento vital positivo pese a las circunstancias difíciles. Vanistendael (1994).
  • Resiliencia es saber afrontar la adversidad de forma constructiva. Saber adaptarse con flexibilidad y salir fortalecido del suceso traumático. Dra. Santos. (2000).

Todas las personas tenemos la capacidad de sobreponernos a un estímulo adverso, pero el uso decidido y firme de esta capacidad es lo que nos hace realmente resilientes.

A mí me gusta mucho comprender la resiliencia como “el arte de rehacerse”, rehacerse en relación con el otro, ya que como decía F. Nietzsche “Todo puede ser adquirido en soledad, excepto la salud mental”.

¿Aprender de una dificultad que sientes que no mereces? ¿Usar el humor cuando algo no sale bien? ¿Sacar lo positivo de cualquier situación?…. No es fácil actuar de este modo en todas las situaciones, pero ¿se puede aprender a hacerlo? Mi respuesta es que sí, pero cada persona lo hace a su ritmo y con su estilo personal.

Se habla de dominios de resiliencia particulares para hacer referencia a formas específicas de resiliencia, como puede ser la social, la escolar o la emocional (Marie Anaut).

Un persona resiliente social será aquella que cuenta con competencias sociales adecuadas, la resiliencia escolar se expresa en las competencias adaptativas en el ámbito educativo y la resiliencia emocional corresponde a un cierto bienestar psicológico que se mantiene ante las perturbaciones o las situaciones estresantes que puedan acontencer en nuestra vida.