Muchas veces en consulta los pequeños me dicen “si mi mamá no lo deja ya dormir en su cama yo le hago un huequito en la mía”.
Por otra parte, como el divorcio está tan cerca de la vida cotidiana de cualquier niño, aunque sus padres se quieran y vivan juntos, ellos temen que se puedan divorciar en cualquier momento. A ese síndrome yo le llamo “DIVORCITIS” y existen tres tipos:
DIVORCITIS VIRTUAL: En donde hay simples pleitos de convivencia entre la pareja pero el niño generaliza y dice “los papás que pelean se divorcian y mis papás se pelearon ayer porque la sopa estaba salada, seguro se divorcian” En pocas palabras la DIVORCITIS virtual solo existe en la mente de los niños y la sufren sin que sus padres lo sospechen
DIVORCITIS AGUDA. Es cuando si hay pleitos de divorcio y los niños lo sufren y lo presencian, no solo durante el proceso sino antes y después pues los padres siguen peleándose aunque sea por teléfono.
DIVORCITIS CRÓNICA: esta es la más peligrosa y dañina y es cuando los padres dicen “no me divorcio para no romperles la familia mis hijos” pero viven eternamente en conflictos.
Tienen pequeñas y efímeras reconciliaciones intermitentes que ilusionan a los hijos para luego desilusionarlos con una nueva discusión
Actualmente, encerrados juntos en casa, muchas parejas han visto aflorar la tensión en sus relaciones.
A todos nos ha tocado hacer malabarismos para compaginar el cuidado de los niños, las tareas domésticas y el trabajo, mientras nos preocupamos por la salud, las finanzas y el estado del mundo.
Pero es que además, la crisis global de covid-19 también ha dejado a muchos navegando en una crisis doméstica propia a puerta cerrada. Los hijos han sufrido por partida doble, el confinamiento y los pleitos entre papá y mamá.
Aunque los juzgados estuvieron cerrados y el % de divorcios se redujo a la mitad, los sociólogos vaticinan que al salir de la pandemia el índice de parejas separadas aumentará en más del 50%
Y es que la intensa convivencia saca a la luz conflictos qué tal vez ya existían pero que se incrementaron de forma exponencial
Los padres en pandemia no han tenido espacio para discutir a solas y entonces el conflicto toma dimensión familiar.