Enamoramiento: la locura sucede en el cerebro, nunca en el corazón – EDUARDO CALIXTO
El cerebro, órgano inteligente, de aprendizaje, adaptación y evolución. El cual, no puede mantener su inteligencia al enamorarse, es la única etapa de la vida en la cual, nuestra inteligencia se reduce y por momentos llega a la locura. El común denominador es una neuroquímica que asocia una activación anatómica que lo hace caer en errores. El enamoramiento inicia con una liberación de dopamina, endorfina y oxitocina son las responsables sustancias de las oleadas de locura cuando nos enamoramos. Perdemos límites, cambiamos los frenos y disminuimos el análisis lógico de la vida. En plena locura de amor, llegamos a activar casi al mismo tiempo de 29 a 32 áreas cerebrales. Cambiando el metabolismo: consumimos oxígeno y modificamos la manera de la llegada de glucosa al cerebro.
Enamorados, solemos proyectar ideas erróneas, conceptos sin fundamento e imágenes sin evaluaciones correctas. Generamos apegos sin reciprocidad. El cerebro gasta más energía cuando piensa en uno mismo que en la otra persona, lo cual, indica que el enamoramiento tiene un proceso egoísta, lo cual libera lo hace liberar más dopamina.
A mayor liberación de dopamina mayor enajenación: ideas delirantes, deseos y motivaciones exacerbados.
La disminución en la activación de la corteza prefrontal genera decisiones arriesgadas sin adecuadas evoluciones.
La actividad del área tegmental ventral, amígdala cerebral generan motivación, deseo y cambios de irritabilidad de no darse lo que se planea o se desea.
La actividad de los ganglios basales nos hace obsesivos y repetitivos.
El hipocampo genera atención selectiva y memorias para recuerdos emotivos, pero no pone atención en los detalles.
El giro del cíngulo interpreta a nuestros deseos, potencia los sesgos y se equivoca siempre a favor del deseo.
La actividad del lóbulo temporal otorga cambios en los tonos de voz y lenguaje corporal. Modulamos la voz de distinta forma y no respondemos a detonantes molestos.
Las tonterías que hacemos por amor en la pareja – TERE DÍAZ
El amor sí que puede ser ciego, y por lo mismo nos lleva a hacer, decir, y renunciar a cosas para obtenerlo una amor, complacerlo y conservarlo, a veces a pesar de todo… Y dicho esto, me limito, ilimitadamente, a decir a todos lo que he visto, escuchado, terapeado y de pronto, cometido.
Dejar pasar cosillas “sin importancia” por algo con el fin de que se quede el amado.
Querer complacer en cosas que piensas que luego no se requerirán y acaban convirtiéndose en la norma.
Andar de verdadazo en verdadazo: desde decir algo que no venía al caso y deja huella para siempre, hasta preguntar algo que qué necesidad de saber.
Dejar de hacer algo importante para uno por tener más tiempo, más atención, más alegría, con la pareja.
Alejarse de la gente que uno quiere o aprecia porque a la pareja le cae mal.
Dejar de trabajar porque la pareja ofrece soporte económico “Incondicional”
Pensar que le deberías decir todo todo.
Prestarle dinero si ya le prestaste y no te pagó.
Quererte hacer la mamá o el papá de sus hijos y “resolverle” el rol del o de la ex.
Hacer regalos o esfuerzos de más de lo que puedes para quedar bien o apantallar.
“Darle clases” para que cambie: exhortaciones, explicaciones, consejos.
Asumir que te va a adivinar lo que necesitas a través de indirectas.
Interpretar sus conductas con respecto a lo que tu crees que piensa sin preguintarle.
Mostrarte muy “chingón” y el primer día leerle la cartilla de lo que quieres y no quieres para que “sepa” quién eres y a qué le tiras.
Tener un hijo para que la relación continúe, se formalice o mejore.
Tonterías por amor desde las heridas de la infancia – ANAMAR ORIHUELA
El apartado del amor tiene que pasar primero por un departamento interior llamado instinto y conservación.
Es la parte de nosotros más primitiva y que antes de darnos cuenta ya está casteando las conexiones con el ser amado.
Todos, repito todos, elegimos pareja desde este departamento instinto mismo que le vale la lógica y la coherencia, el encuentra químicamente lo que le falta y desde esa carencia elige.
Todos elegimos personas que tengan algo que carezco, que representen algo que quedó inconcluso, en mi memoria más primitiva esta la poderosa razón.
Es por eso que en una fiesta de 100 conectamos con lo mismo de siempre.
10 suicidios en nombre del amor
1.-Jugar el mismo juego inconsciente y repetitivo (Victima, Tapete, Florero)
2.-Mutilar alguna parte fundamental por “Amor”(Proyectos, modos de ser, personas)
3.-Pensar que una persona va a cambiar por tu amor
4.-Fantasear y ponerle virtudes que solo tú ves
5.-Ser incondicional, no pensar en la fina relación del amor y los limites
6.-Pensar que te mereces mal trato, abuso o normalizar la violencia
7.-Quedarte callado para no generar conflictos
8.-Negar que el amor se terminó
9.-Pensar que el problema siempre está en el otro
10.-Poner a tus hijos como carne de cañón en tu relación